domingo, 19 de febrero de 2012

Entrar al vacio



TÍTULO ORIGINAL Enter the Void (Soudain le vide)
AÑO 2009
DURACIÓN

155 min.
PAÍS
DIRECTOR Gaspar Noé
GUIÓN Gaspar Noé
MÚSICA Thomas Bangalter
FOTOGRAFÍA Benoît Debie
REPARTO Nathaniel Brown, Paz de la Huerta, Cyril Roy, Emily Alyn Lind, Jesse Kuhn, Masato Tanno, Olly Alexander, Sara Stockbridge


PREMIOS 2009: Sitges: Premio especial del jurado, mejor fotografía. Nominada a la Mejor película
2009: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro






Director franco-argentino  hijo del  reconocido pintor Luis Felipe Noé, que en el 2009 represento en la Bienal de Venecia a su país natal con sus  agrestes muñecos imaginarios. 
En esta ocasión  Gaspar Noé ha querido exacerbar sus mas profundos deseos de hacer evidente  la noción de  la muerte, por  medio de un tediosos desglose narrativo se va desarrollando la historia  que esta llena de movimientos intrépidos de cámara y  una manipulación visual y sonora muy característica de sus filmes.  Los planos vuelan sobre un Tokio nocturno  y frió,  lleno de riesgos. La mirada inquieta y descarada se hace evidente en varias escenas que solo son posibles con la intervención de la edición digital de nuestra era.
Lo mas interesante en el cine de Noé es la búsqueda del plano único, que tuvo su primer intento en Irreversible. La idea de unir planos en uno solo,   el observar el continuo flujo de  escenarios, como si no hubieran cortes, una sola toma hecha línea narrativa. En Entrar al vacío somos mas que simples observadores, la cámara son nuestros ojos y de forma extraordinaria encarnamos en el protagonista, Oscar, es el rostro de todos, el cuerpo y el alma de una cámara confundida que contempla el camino a  la re-encarnación. Entramos en el vacío y tristemente nos damos cuenta de lo evidente  que lo es para Noé,  en otras palabras somos cómplices de la obviedad.  La diferencia con otro tipo de películas que igualmente no dejan nada a la interpretación, es que en Entrar al vacío sabemos que ésta obviedad fue buscada. Literalmente vemos lo que todos ya sabíamos. Seguramente esa dualidad   a la que estábamos acostumbrados con sus primeras películas, por ejemplo  en Solo contra todos, se nos pregunta precisamente por la moral del hombre, por esa que puede llegar a ser doble y constantemente variable.­
Al igual que en la mayoría de su filmografía,  pasamos de la extrema ternura a la mayor crueldad, presenciamos el cambio del amor a la violencia en un instante. Así son las películas de este director que se concentra en exponer lo que mas difícil es ver.
Indiscutiblemente y con esta película como ejemplo se comprueba aún mas, que  el cine no es otra manifestación artística que se suma al tratar de recomponer una humanidad catastrófica, sino mas bien una oportunidad de ataque para reflejar un mundo desequilibrado y vacío.










  Juan Moreno.

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